viernes, 19 de febrero de 2010

Jesús Cáceres (V)

Jesús:

Cuando me hallo enfrascada en los trémulos sónidos que de tu boca surgen, mi corazón comienza a latir al ritmo de tu versos. Sin ti ya no vivo, y cada exhalación de mi cuerpo que te pertenece, me arrastra más y más a la locura de tu divina presencia. ¿No es verdad oh! Jesús que desde nací, marcada y predestinada a caer rendida bajo el irremediable influjo de tu encantadora sonrisa, no he hallado reposo si no en tu regazo, que me hace sentir poderosa como tus brazos?
No soy si tú no eres, pues mi identidad ha quedado subyugada por la ternura de tus manos, y no deseo más allá de que sus caricias me concedan el privilegio de trasladarme al país de las delicias tras esta hastía permanencia en el averno de tu ausencia. Es por ti lo que hago y es para ti lo que siento, Jesús, no me dejes nunca, pues me perdería en la desesperación sin el consuelo de tu estrella que será mi única guía, hasta el día en que mi último aliento se pierda para siempre en la inmensidad de la admiración que siento por ti.


lunes, 15 de febrero de 2010

miércoles, 10 de febrero de 2010

Jesús Cáceres (IV)

Cuando el día comienza a sangrar en la lontananza, trás las lejanas montañas, y la noche se estrella sobre mi cabeza que solo te piensa, la melancolía de la falta de tu cariño hace mella en mi como el paso del tiempo aja las piedras del reguero del manantial de tu boca. Y aquí, en la oscuridad de mi soledad, con una fe en ti que me desborda, me valgo del recuerdo de tu sonrisa para sobrellevar la ausencia de tu piel. Y cuando cierro los ojos, y la imagen de tu presencia me inunda y llena el vacío de esta alma mía que ya no me pertence, siento un gozo tan intenso, que creo que voy a morir de dicha. Mi vida es tuya pues cada aliento que tomo te pertenece, soy a ti pues nadie soy si tu no estás.


martes, 9 de febrero de 2010

Jesús Cáceres (III)

Todavía embriagada, como una ninfa deleitada por los seductores aromas del vino de tus labios, intento seguir adelante sin ser capaz de comprender cómo mi vida ha podido transcurrir sin el aliento vital que mana de tu boca a la mía. Ahora comprendo que el misticismo que reside en el rocío de la aurora de tus ojos es el viento que empuja a los míos a contemplarte. Jesús: siento como tus toscas manos acarician las alas de mi pensamiento mientras mi cuerpo se funde con tu esencia para transformarse en un único ser que sobrevuela tu mirada buscando tu piel. Siento que mi vida ya no es mía, que mi cuerpo te pertenece y que los todos los placeres mundanos se vuelven nimios ante el irremediable sentir que provoca en mí tu mera presencia. Gracias Jesús por los momentos dados, y los que nos quedan por vivir, esperando que, por siempre y para toda la eternidad la benevolencia de tus labios inunde con caricias las entrañas de mi cuerpo, que te necesita como la agrietada tierra precisa del agua para que la vida llene de esperanzas este yerto mundo.


lunes, 8 de febrero de 2010

Samuel: Paquí Pallá

Nada volverá a ser lo mismo después de que Jesús Cáceres entrase en mi vida. Su genio penetró en mi persona y sentí como una daga de fuego ardiente traspasaba todo mi ser. La calidad de sus obras sólo es superada por el fervor con que yo las contemplo. La purísima belleza de su cuerpo no es si no un objeto celestial posado en la Tierra que merece ser tratado con la suprema delicadeza con la que está esculpido. Ésto me ha hecho reflexionar acerca de mi futuro, de mi vida. Ahora sé que mi destino era encontrarme con él y dedicarle mi obra más sagrada. Jesús, si me estás viendo quiero que sepas que esto es por ti, que todo el camino que llevo recorrido, desde un primer momento estaba maravillosamente condenado a encontrarte. Tú me has dado el coraje necesario para continuar, le has concedido sentido a mi vida. A partir de ahora todo toma un nuevo rumbo y tu eres la dirección a seguir.
Esto va por ti... Todo es para ti


martes, 2 de febrero de 2010