miércoles, 10 de febrero de 2010

Jesús Cáceres (IV)

Cuando el día comienza a sangrar en la lontananza, trás las lejanas montañas, y la noche se estrella sobre mi cabeza que solo te piensa, la melancolía de la falta de tu cariño hace mella en mi como el paso del tiempo aja las piedras del reguero del manantial de tu boca. Y aquí, en la oscuridad de mi soledad, con una fe en ti que me desborda, me valgo del recuerdo de tu sonrisa para sobrellevar la ausencia de tu piel. Y cuando cierro los ojos, y la imagen de tu presencia me inunda y llena el vacío de esta alma mía que ya no me pertence, siento un gozo tan intenso, que creo que voy a morir de dicha. Mi vida es tuya pues cada aliento que tomo te pertenece, soy a ti pues nadie soy si tu no estás.


2 comentarios:

Francisco dijo...

LU como me gustaría ser el receptor de esas glosas amorosas. Sin ánimo de ofender un poco se parece al éxtasis de Santa Teresa.. me inunda y llena el vacío de este alma mía que ya no me pertenece. Grandioso cada día mejor, ahora ya no puedo pasar un sólo día sin ver tu blog. Hasta mi compañera se ha animado y te lee con gran interés. Gracias a Jesús Cáceres hemos descubierto una gran poetisa, digna de figurar entre las mejores. Esto va en serio, mi compañera asiente, Jesús la está transformando. Por favor sigue....

lu dijo...

Gracias Francisco, me animan mucho vuestros comentarios, junto con Jesús me dais fuerzas para continuar. Me agrada que os gusten mis palabras.
Que Jesús esté con vosotros!